En dos años Ted Nugent
había saltado a la fama dentro de la escena hardrockera americana gracias, en
gran parte, al considerable éxito que “Ted Nugent” (1975) y “Free-For All”
(1976) habían tenido en poco tiempo, logrando llenar salas de conciertos hasta
colgar el cartel de “no hay billetes” para ofrecer salvajes actuaciones a todos
los presentes. También, y esto no es tan positivo, la ideología extremadamente
conservadora de Ted (este apartado es muy famoso y le ha ocasionado muchos
problemas a lo largo de la historia) habían favorecido su salto a la fama.
Aprovecho aquí para anunciar que no soy de esos rockeros que juzgan a un
artista por su ideología. Voy a centrarme en lo estrictamente musical, que es
bastante y muy bueno.
Con una base de
popularidad bien construida llegamos a 1977, un año que vendría marcado por la
salida al mercado de “Cat Scratch Fever”, el disco más vendido en la carrera de
Nugent (3 millones de copias vendidas solamente en USA), así como el salto
definitivo a la fama de este guitarrista, quien escribiría con letras de oro su
nombre en la historia del Rock, le guste a quien le guste.
Para esta nueva entrega
Ted volvió a contar con Derek St. Holmes como cantante, quien había abandonado
el barco durante la grabación del “Free-For-All”, siendo sustituido por Meat
Loaf para grabar las voces en aquel disco. Este regreso se notó para bien en el
resultado final, como veremos a continuación. Como en los dos primeros LPs, Lew
Futterman está a los mandos de la producción del disco, volviendo a cuajar una
gran actuación.
Siempre he defendido la
calidad suprema de los tres primeros discos de Ted Nugent (su santísima
trinidad) y el explosivo directo “Double Live Gonzo!”, que me parece una de las
grabaciones en vivo más valiosas del Rock. Si eres fan del Hard-Rock de los
años setenta, con Riffs sucios, letras que hablan de sexo, drogas y Rock ‘n
Roll, estribillos pegadizos y mucha mucha adrenalina, te invito a leer el
análisis “tema a tema” que empiezo ya y a escuchar “Cat Scratch Fever”:
Si todavía no he convencido a todos los lectores
para que escuchen este disco, les recomiendo que esperen a escuchar el machacón
y archiconocido riff que abre el disco. La homónima “Cat Scratch Fever” es un hit como una catedral, creado para pasar
a la historia del Hard-Rock americano y quedarse ahí por los siglos de los
siglos (amén). Ted nos dará la bienvenida por todo lo alto, cumpliendo con su
labor de hacer vibrar con su técnica para los solos.
Un riff zeppeliano inicia la machacona "Wang Dang Sweet Poontang" (una
de mis preferidas), un corte cargado de velocidad y mucho humor verde (“Wang
dang” es una manera alternativa de referirse a las prostitutas, mientras que
“poontang” hace referencia al órgano sexual femenino….saque su propia
conclusión amig@ lector/a). Aquí rescato la afirmación que hice antes en la que
aludí al efecto positivo que supuso el regreso de Derek en el resultado final
del álbum. Este gran cantante desconocido para la mayoría se luce en este
trallazo sacando su tono más macarra. El
solo de guitarra es de primera categoría y la línea de bajo de Rob Grange es
igual de destacable y sorprendente.
"Death
By Misadventure" es un homenaje que Ted quiso dedicar al
malogrado Brian Jones (Wrote dramatic music, was a Rolling Stone”). La letra es
fácil de entender y se nota que el guitarrista apreciaba mucha la música de
Jones. Sin embargo, y con respetos al apartado lírico, para mí el solo de
guitarra (mucha atención al acompañamiento de bajo y batería durante este)
vuelve a acaparar toda la atención y el momento de más calidad.
Otro corte que merece especial atención es “Live It Up”. Esta presenta como una
composición poco acelerada, que opta más por deslumbrar al oyente a través de
un buen chute de feeling. En el intermedio instrumental llama la atención la
inclusión de un silbato, unos bongos y otros acompañamientos de lo más
extraños.
“Home
Bound” marca el final de la primera mitad de este discazo.
Cinco minutos para relajarse y disfrutar de una pista completamente
instrumental en la que Nugent aprovecha para exhibir toda su magia en los que
alterna momentos más melódicos con otros de una mayor técnica y aceleración.
Rob y Cliff hacen un trabajo formidable con sus respectivos instrumentos,
acompañando al guitarrista durante esta dulce travesía.
Vuelven a subir las revoluciones con “Workin’ Hard, Playin’ Hard”, un tema
con cierto regusto a los primeros trabajos de Kiss y Thin Lizzy. La letra, como
tantas otras canciones, habla de la vida en la carretera. La guitarra doblada
de Nugent, el solo y el notable cambio de sonido que existe entre los versos y
el estribillo son los puntos álgidos de esta gran composición.
El Hard-Rock en su máxima expresión impregnará los
tres siguientes temas.
“Sweet
Sally”, tiene un ritmo frenético y machacón, con una
estructura pegadiza y un solo de guitarra, como viene siendo habitual a estas
alturas de la escucha, de máxima calidad. "A
Thousand Knives" tiene un inicio más melódico, pero no tardarán en
aparecer Riffs sólidos sobre los que se irán construyendo los versos, el puente
y el estribillo, volviendo a recordar en muchos momentos al sonido que
distinguió a Thin Lizzy, AC/DC o Kiss. Un tema que a todo fan del Rock más
añejo y americano le encantará "Fist Fightin' Son Of A Gun" y
su impagable exhibición guitarrera y, también, vocal (me encanta Derek en este
tema).
La fiesta llega a su fin de la mejor manera posible.
“Out Of Control” es desafiante tema edificado a partir de un riff demoledor (me
recuerda un poco al segundo riff del clásico de Megadeth “Holy Wars…The
Punishment Due”). Nugent se marca el último gran solo del álbum y el telón baja
definitivamente.
En ningún momento el disco baja el altísimo nivel
que propone desde su inicio, lo que lo convierte en una obra extremadamente
escuchable y disfrutable. Nugent y sus matones pusieron fin a la sagrada
trilogía de grandes discos que habían publicado en un margen de tres años y en
el horizonte ya se podía divisar la venida del mencionado “Double Live Gonzo!”,
un sublime directo que terminaría de glorificar a este bocazas tan habilidoso,
musicalmente hablando. Aunque luego vendrían más álbumes buenos, ninguno
estaría al nivel de los tres primeros y el posterior directo.
Un 10 y un aplauso a Ted por su música (por otros
aspectos de su vida ya no tanto jeje)
Salud y Rock and Roll!!
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