Sin duda alguna, Marty
Friedman es uno de los mejores escuderos que Dave Mustaine ha tenido en su
banda. No han sido poco los guitarristas que han acompañado al
"colorado", pero Friedman destaca sobre cada uno de ellos por su
técnica con las seis cuerdas, además de por su participación en discazos tan
clásicos para la banda como "Rust In Peace", "Countdown to
Extinction", "Youthanasia" o "Cryptic Writings".
Hemos rescatado este
vídeo en el que se ilustra la audición con la que Marty se convirtió en el
nuevo guitarrista de la banda. En ella interpretan, para los que no lo conozca,
"Wake Up Dead" del álbum "Peace Sells...But Who`s Buying?".
Para acompañar de mejor
forma este material os dejamos con un extracto de la autobiografía de Dave
Mustaine en la que habla de la llegada de Friedman a la banda:
"No recuerdo
cuántas audiciones así tuvimos que soportar; después de un tiempo comencé a
perder la esperanza de que encontráramos al músico indicado. Finalmente, un día
de Febrero de 1990, entré a la oficina de Ron Laffitte y vi la tapa de un álbum
sobre su escritorio. ‘Dragon´s Kiss’ (‘El Beso del Dragón’) era el título del
disco. Era el trabajo solista de un guitarrista llamado Marty Friedman, a quien
conocía vagamente por su trabajo con una banda llamada Cacophony. Levanté el
disco y traté de no reírme. En la portada Marty vestía algo que parecía una
chaqueta de cuero brillante (o traje para saltar en paracaídas, era difícil de
decir) abierto hasta la cintura. Le habían peinado en largos bucles de dos
tonos.
«¿Estás de coña, verdad?»
«Sólo escúchalo, ¿ok?»
dijo Ron
Me convenció en menos
de dos minutos de la primera canción. Más que eso en realidad. Estaba
sorprendido.
«¿Este tipo quiere
unirse a ‘nosotros’?»
Ron sonrió y asintió.
Marty me dio poca impresión el día de su
prueba: jeans con agujeros, zapatos de cinco dólares, el mismo pelo que en la
portada de su álbum. Su equipo consistía en una guitarra de segunda marca, un
amplificador Carvin, y alguna pieza más de equipo. Para traer e instalar esto
sólo había contratado los servicios de un técnico de guitarra incongruentemente
grande llamado Tony DeLeonardo. Mientras veía a Tony trabajar me preocupó que
el equipo no le hiciera justicia a la forma de tocar de Marty, según lo había
oído en su disco. Así que hice una sugerencia. «Ey, Tony,» le susurré. «Cuando
llegue el momento del solo, pulsa este botón de aquí, ¿ok?» Ya que yo tenía una
generosa pared de Marshalls, le asigné uno de mis amplificadores a Marty para
que su parte rítmica sonara por ahí. Luego le agregué otro amplificador para
que se sumara en el momento de su solo. Los equipos extras dejarían claro si
Marty estaba a la altura del puesto o no. Nada quedaría oculto. Nada hubo que
ocultar. Marty pasó la audición volando sin fallo alguna. Su actuación quedó
grabada en video, como habíamos hecho con las otras audiciones, pero Marty
había tocado tan perfectamente que ni nos molestamos en revisar la cinta. Llamé
a la oficina de Ron Laffitte casi de inmediato y dije, «conseguimos nuestro
guitarrista.» Marty tenía las pelotas necesarias, y hasta tal punto que casi
nada más importaba. Ni su feo cabello o la falta de estilo, ni el hecho de que
su nombre no podía sonar menos ‘metalero’. Me imaginé que lo enviaríamos a la
Escuela del Rock, al igual que habíamos hecho con otros miembros de la banda, y
tal vez consiguiésemos que cambiara su nombre. El segundo nombre de Marty era
Adam, así que pensé, «Hmmmm… Adam Martin. Suena bastante bien.»(Más tarde,
Marty tomó mi idea y le puso Adam Martin a su compañía de publicación.) Al
igual que David Ellefson, Marty no aceptó, pero tampoco podía llamarlo Junior
también. De alguna forma, todo resultaría bien.
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