"Un viernes 13..."
Hablar del debut de Sabbath es lo mismo que aludir al origen del Heavy
Metal. Ya por 1969 Led Zeppelin había empezado a revolucionar la música con sus
dos primeros discos, los cuales tenían un sonido, en muchas ocasiones, algo más
pesado y oscuro, como “Dazed and
Confused”, que el que había caracterizado la década de los 60s. En esta entrada
es turno de analizar el disco con el que se sentaron las bases del Heavy Metal y
que no quedó exento de polémica en aquellos tiempos.
Este material, además de ser grabado en dos días, tuvo un coste total,
en cuanto a grabación y producción de 800 libras, una ganga si lo piensas.
No se puede hablar de este álbum sin detenerse en la imagen de la
portada. Esta ya comienza a anunciar el misticismo que vamos a encontrar a lo
largo de toda la obra. Una mujer vestida de negro que sostiene un gato del
mismo color y que te mira fijamente es una escena demasiado terrorífica que
supieron plasmar los Sabbath en su portada. Cabe destacar que el lugar donde se
encuentra la mujer de la foto se encuentra en (Oxford). Cuenta la leyenda que
esta mujer, cuando sacaron la foto no estaba presente, y que fue después cuando
apareció de forma siniestra.
Por añadir otro dato de interés, el disco, por si no tenía de por si
suficientes aspectos oscuros, fue publicado un viernes 13. Definitivamente,
Black Sabbath sabía la imagen que quería tener y a qué publico iba a dirigir su
música. El nombre de la banda, además, era el título de una película de terror
que Geezer Butler (bajista de la banda) fue a ver y le inspiró para nombrar a
la banda así.
Entrando ya en materia, el disco está compuesto por ocho temas , de
los cuales 2 son versiones de otras bandas.
Arranca el disco...suenan campanas fúnebres bajo una tormenta...¿qué
demonios ocurre?
Antes de poder responder a este interrogante arranca uno de los riffs
más famosos que han existido, hablo de "Black Sabbath", tema homónimo. Iommi ejecuta con acordes de
quintas tres sencillas notas de manera muy lenta, acompañado por Butler y Ward.
Cuando la música baja su tono, comienza la magia negra de Ozzy Osbourne. "What is this that stands before
me?" empieza citando el “madman” con un dramatismo impecable. La
historia, basada en hechos reales, narra una pesadilla que tuvo Geezer Butler,
en la que encontró al final de su cama una "misteriosa figura".
Realmente un tema que te hace revivir en tus propias carnes la horrible
historia vivida por el bajista. El solo
de Iommi es uno de los puntos fuertes de este himno que a día de hoy sigue
levantando pasiones.
Esta banda se caracterizó por su capacidad para fusionar varios
géneros, a los que añadía una esencia más oscura, como puede comprobarse en
"The Wizard". Y es que un
tema donde una armónica tiene mucha presencia, a priori no parece ser muy
heavy, pero realmente estamos ante un tema con mucha solidez metalera, con
ciertos aromas de blues y de hard rock.
La historia habla de brujería, tema muy querido por Butler, el cual en
esta época estaba muy interesado por todo lo relacionado con la magia negra
(¿alguna vez no lo ha estado?). La canción se inspira en la figura de Gandalf,
el mago de "El Señor de los Anillos". Pura magia (aprovechando la
ocasión) de composición.
"Behind the Wall of
Sleep" es un gran tema. La voz de Ozzy, con cierto eco añadido, se
desenvuelve de una destacable forma sobre una sólida base instrumental donde,
en mi opinión, es Geezer Butler el más elogios se gana con una poderosísima
línea de bajo.
Llega uno de los puntos más importantes del disco, así que, querid@
lector/a, póngase la mano en el pecho. Mr Geezer Butler empuña el bajo y
realiza una de las melodías de bajo más importantes de bajo, llamado tradicionalmente
"Bassically", que anuncia la llegada de uno de los temas más famosos
de Black Sabbath, la celebérrima "N.I.B.".
Su riff principal es excesivamente pegadizo, con todo lo necesario para
quedar para la historia. La letra, escrita por Butler, causó gran polémica ya
que nombra a Lucifer, lo que aumentó su etiquetaje como banda satánica, cuando
realmente el tema habla de las múltiples tentaciones que hay en la vida
cotidiana. Su título, aunque ha llegado a decirse que podrían ser las siglas de
“Nativity In Black” (Ronnie James Dio también la presentó así alguna vez),
realmente no son siglas de nada. Geezer Butler, creador de la canción, declaró
años después que el título simplemente se refería a la barba puntiaguda (en
inglés "nib") que el batería Bill Ward tenía por aquellos tiempos.
Según Ozzy, parece que al ver a Ward cuando este se presentó en el estudio con
su barba, el cantante exclamó
"'Hey, Bill, you look like a pen nib!" (Hey Bill, pareces la
punta de un bolígrafo *o algo así*) lo que inspiró sobre la marcha a
Geezer y tituló a la canción
"N.I.B", escribiéndola en forma de siglas para aportar más
misticismo. Durante las giras, a Bill lo comenzaron a llamar cariñosamente
"Nibby". Otro aspecto destacable del tema es la voz de Ozzy en todo
momento, aunque tiene ciertos momentos realmente únicos, cuando la música se
ralentiza y su voz toma cierto aroma arábigo.
El primer cover del disco llega con "Evil Woman", original de Crow. Desde mi visión Sabbath
se adueñó de este tema tras una interpretación mejor que su versión original.
La banda demuestra todo su potencial, aunque realmente Butler, de nuevo, es el
amo en esta canción.
De nuevo la oscuridad vuelve a hacer acto de presencia en este disco
(¿había desaparecido en algún momento?). "Sleeping
Village" comienza con una tétrica introducción acústica y con la voz
de Ozzy en su máximo esplendor. Cuando
el tema adquiere más fuerza asistimos a un recital instrumental de 3 genios
como son Bill Ward, Geezer Butler y Tony Iommi. Dicho instrumental posee
velocidad, pero también ciertos matices jazzísticos, y es que, como dije,
Sabbath combinó muchos estilos diferentes.
"The Warning", original de The
Aynsley Dunbar Retaliation, es el segundo cover de este discazo. 10 minutos
de pura clase. Ozzy, con una voz juvenil, interpreta la canción con mucha
técnica, pero es sobre los tres minutos y medio cuando empieza lo mejor. Tony
Iommi coge su SG y, junto a Butler y a Ward, comienza a realizar un jam que
está al alcance de muy pocas agrupaciones. Cuando estos tres se juntaban hacían
cosas realmente increíbles. La precisión de Bill en la batería, la increíble
línea de bajo de Geezer y, en fin, Tony Iommi, que ya solo su presencia es
garantía de que vamos a ver un solo de guitarra épico del guitarrista de los
dedos de hierro. Si alguien tiene dudas
de si este tema supera a la original, le recomiendo que escuche 10 minutos de
puro escándalo. Si alguna vez en mi vida, como guitarrista que soy, toco un cuarto de bien que Iommi en este tema
podré morir más que feliz.
El cierre es para
enmarcar. "Wicked World", el
primer single de la banda que durante mucho tiempo no fue incluido en el disco,
aporta la crítica social de este disco. Y es que cuando Butler quería criticar
a la sociedad era capaz de escribir auténticos himnos contra la corrupción, la
religión, las innecesarias guerras, la hipocresía... “Wicked World” muestra a
cuatro genios hartos de la sociedad en la que les había tocado vivir. A estas
alturas debo confesar que esta es una de mis preferidas de los de Birmingham,
aunque haya quedado siempre en un segundo plano. Instrumentalmente hablando es
un diamante en bruto, gracias a su riff principal y a la gran pausa melódica en
el intermedio de la canción, que permite a Iommi, de nuevo, realizar un solo de
guitarra digno de un dios. Vocalmente Ozzy hace un papel de predicador de la
paz increíble, escupiendo con actitud cada verso. La letra critica la sociedad
de aquellos tiempos, no muy diferente a la actual, mediante ingeniosas sátiras,
y otras que no esconden el mensaje, sino que son balazos en toda la jeta como
la segunda estrofa, la cual canta: "El trabajo de
político dicen, es muy importante// Tienen que elegir quien debe ir a morir//
Pueden poner a un hombre en la luna fácilmente// mientras aquí en la tierra la
gente está muriendo por toda clase de enfermedades" ....eso es hacer
sangre con palabras.
Hasta aquí el debut de
una de las carreras más grandes de la historia de la música. Sin duda, las
bases de lo que estaría por llegar se acaban de colocar. El Metal había llegado
para quedarse y nadie podría evitarlo. Pronto vendrían los “Paranoid”, “Master
Of Reality” y “Volumen 4”, pero esta entrada está dedicada a alabar el debut de
cuatro leyendas que cambiaron el devenir de la música. Cinco estrellas se
quedan cortas.
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